miércoles, 8 de julio de 2009

RESERVA NATURAL NIRVANA








Un edén recobrado sobre un retazo de ladera de la cordillera central, en pleno valle del cauca se levantan 85 hectáreas de la reserva natural nirvana. En este centro de educación ambiental no formal, con una área de turismo ecológico, acontece un cielo que no aburre la felicidad es tórrida, tal como acaecen los placeres y las dichas en pleno trópico americano.

¿será exacto considerar que el estado de nirvana de los orientales equivale al cielo de los occidentales?
Tal vez si, máxime ahora cuando el propio Papa ha declarado que el cielo no es un sitio determinado, con coordenadas ubicables, si no mas bien un estado del alma. Mas allá de estas intrincadas consideraciones teológicas, lo cierto, lo terrenalmente cierto, es que en Colombia existe paraje que es a la vez un sitio de la geografía andina y un estado magnifico del alma. Budistas y cristianos estarían de acuerdo en calificar de cielo a estas fincas cercanas a la ciudad de Palmira, nombradas sugestivamente con la palabra nirvana.

Muchos escépticos pintan el cielo como un paraíso aburridísimo donde los justos, vestidos enteramente de blanco, pasan los inexistentes días de la eternidad consagrados a la ejecución del arpa, bajo la dirección de severos arcángeles. Lo mismo sucede con muchos accidentales cuando imagen el Nirvana de los asiáticos como una flotación sin polo a tierra, como un despojo de los deseos, como una permanencia cándida en medio de un océano de mermelada sagrada.

Exactamente en este punto se ubica la gracia de las 85 hectáreas que componen la reserva natural Nirvana un retazo de ladera sobre la cordillera central de los Andes colombianos, a 1.500 m de altura sobre el nivel del mar que conserva durante el año un clima de 20° C, es decir, una temperatura que no se siente ni por lo demasiado caliente ni por lo fría. Aquí acontece un cielo que no aburre, un estado de iluminación que no tiene nada que ver con esa suspensión etérea de los yertos místicos amarillos. En Nirvana la felicidad es tórrida, tal como acaece los placeres y las dichas en pleno trópico americano.
Un poco de historia para comprender.
Hasta finales del S. XIX, lo que hoy es Nirvana era simplemente ”la tierra”. Únicamente la naturaleza se enseñoreaba sobre su suelo fértil del todo entregado a la labor del viento de las semillas volantes, de los pájaros.

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